Este es el lobo solitario

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30 de diciembre de 2009

Viajero de ti

Voy a escalar tus montes con mis palabras, me deslizaré entre la nieve de tu vientre, usando como única protección el amor que te tengo. Navegaré en tu espalda con el velero de mi boca e intentaré echar mis redes, para ver si tarde o temprano logro pescar tu corazón.

28 de diciembre de 2009

Caricias del amanecer

Hagamos de esas caricias, un arte que solo tu y yo podamos apreciar, en el lienzo de nuestra cama compartida por espacio de una noche, un cuadro etéreo que se desvanece con el aguarras del amanecer.

26 de diciembre de 2009

Aprendí

Aprendí a separar amor de amistad; a ver que puede más, tu terquedad que mis ganas; que te gusta perderte en palabras vanas, regalando tu amor como caridad; aprendí a abandorme a tu voluntad, quedando preso de la soledad; a ser el hombre de tus sueños, con el que nunca sueñas jamás.

24 de diciembre de 2009

Tiempos difíciles

Se avecinan tiempos difíciles, tu cuerpo no responde ya a mis besos y la luz de tus ojos al mirar se ha ido extinguiendo con el tiempo. Tu cuerpo nocturno y calido se ha vuelto un tempano helado que se niega a derretirse ante mis constantes caricias. Mis versos ya no sirven de cadena para llegar al muelle de tu vientre, mis ojos han dejado de ser ese velero fugaz que navegaba entre los rios de tu piel y tus silencios han formado un muro que ni mis más habiles miradas logran saltar. Se avecinan tiempos difíciles por que pronto te iras lejos, cuando tu corazón vencido, deje de latir.

21 de diciembre de 2009

Noche fria

El frío calá los huesos; afuera la noche aluzada con una debil luna menguate que se escuadriña entre los rincones de la soledad de mi corazón; adentro Sabina calienta los oidos, olvidandose de calentar el corazón. El frío, invierno helado, viento que se cuela entre las rendijas, me hace ver, sentir y oler la tristeza, la melancolía que ha arrastrado la nueva estación en su solsticio; ese aroma que penetra la piel, se funde en los huesos y te transforma en un costal de piel con calcio congelado incapaz de sentir algo que no sea el dolor o el vacio de no tener nada más que la ventisca helada circulando entre las celulas de tu ser.
Ese frío que se apoderó de mi, desde que ya no duermes más a mi lado, desde que tu calor es tan fictício como un trebol de cuatro hojas, tan ausente como la paz de tu mirada reflejada en mi cara cada amanecer. Esa sensación de impotencia cada noche al escribir, ese ir y venir de ideas divagantes, divergentes, tangentes y cambiantes que no empiezan, pero que támpoco terminan, que vuelan con las ventiscas que se cuelan por la puerta desgastada de mi casa, desgastada como la fé en el amor que gobierna mis días desde que tu no estas.
Ese fucking frío que hace aflorar la melancolía de mis letras, la ausencia de las mujeres que nunca tendré, de las que ya no vendrán y de las que son tan intermitentes que a veces están tan ausentes como las que se ván. La ausencia que me viste y que me acompaña, que parece una mala mañana que me he negado a dejar; esa ausencia tan tuya y tan mía, tan nuestra, que con este frío he comenzado a extrañar.

Te propongo

Te propongo un tiempo compartido; jugar a ser novios, sin reglas ni tiempos fuera; dejarnos llevar por el momento, por el fluir de los besos, las caricias y perdernos en el infinito juego de la seducción.
Te propongo encerrar los miedos y tirar la llave; volar a mi lado entre las nubes de tristeza, resguardada entre mis alas de libertad.
Te propongo mil besos endozados a tu nombre, firmados con la tinta de mis caricias y escritos en el papel de mi piel.
Te propongo esto, ¿Tú que dices?

19 de diciembre de 2009

La maleta

Cerró de un golpe la maleta vieja y roida. La misma maleta que le había acompañado desde que tenía memoria; esa maleta que ya presentaba alguna despostillada y uno que otro remiendo. Guardó en ella el portaretratos de madera carcomido por el tiempo, ese portaretratos donde estaba la foto amarillenta y despitanda de un amor que ya no volvería. Envolvió con un retazo de nostalgía, el trozo de alegría que quedo tirado al termino de la discusión; con los ecos del amor parcho su corazón descocido a la vez que lo acomdaba entre los ropajes del olvido y las camisas del ayer. Recojio la ira que se había regado por el suelo, la amarro entre las telas del despojo y la tiro en el rio cercano a la casa. Cerró de un golpe la maleta, la tomo entre sus manos y camino hacia ningún lugar.

18 de diciembre de 2009

De vuelos y sol

Ha llegado el momento de zarpar y hacerme al mar de lo incierto con mi pequeña embarcación. Levar anclas y dejar el puerto donde encalle por algunos años; dejar el equipaje que lastra mis remos y llevarme los recuerdos que atesora el corazón. Partir al mar donde me encontraré con otras barcazas que han partido antes que yo. Es tiempo de remar hacia mi destino, que aún parece incierto sobre el horizonte azul; de enfrentar las tormentas que se presenten y navegar tras aguas mas tranquilas y estables. Ha llegado el momento de partir y dejar aquel muelle que me resguarde un tiempo, encontrar mi destino y ser feliz.

16 de diciembre de 2009

Puntos suspensivos

Nos quedamos en puntos suspesivos, la noche alineó esas estrellas para que firmarán mi boleto de ida, dejando pendiente el acuse de recibo para regresar. La historía quedo congelada en un instante desquebrajado en dos papeletas que cada quién guardó en su pantalón. El final quedo prolongado en la distensión temporal de cada grano de arena que cae en el reloj de nuestras vidas. El guión se dejo en el intermedio, dejando la expectación de un termino oportuno y certero para nuestra ya desgastada historia. El destino puso pausa a la película, donde yo nunca seré el caballero andante de armadura radiante y en la que tu no eres la princesa que espera ser rescatada del dragón azul. La vida nos dejo en puntos suspensivos...separó nuestros caminos, esperando que algun día el viento mueva sus hojas para volver a enfrentarnos delante y así concluir de una vez por todas, la historia que nunca llegó a su final.

14 de diciembre de 2009

Anclaje

Ha llegado el momento de encallar en algún puerto. Dejar de navegar entre bocas, besos y vientres con sabor a sal. Dejar la aventura de perenoctar en una playa virgen y desconocida cada que se oculta el sol. Soltar las amarras en la playa que desdibujan tus caderas firmes y dejar mi ancla en el manantial de tus ojos, para salvarme con la luz de tu mirada.

13 de diciembre de 2009

Vientre

Mis ojos resbalan por la cuesta de tu vientre, que se muestra sensualmente entre la luz de la mañana y los ecos de mi voz. Quiero que mis manos escalen las curvas de tu cuerpo para abrevarme en el hueco murmurante de tu ser.

12 de diciembre de 2009

Estoy negociando


Estoy negociando con Dios, la mejor de sus tardes para tu llegada; para encontrate en esa banca de cemento frente al nuevo edificio; como ya te he encontrado tantas veces en las historias que he contado.

11 de diciembre de 2009

Nuevo día

Y entonces me encontre allí en el filo de la cama, perdido entre los sudores cuajados de ayer y su recuerdo trastocandose en el espejo resquebrajado de mi pared.
Y entonces te encontre allí en el filo de la cama, perdida entre tus sueños de madrugada y tu pasión transpirada por cada centímetro cuadrado de tu tersa piel.
Y entonces la encontre allí en el filo de la cama, perdida entre los aromas del amor y las sombras desfiguradas que refleja el ventanal de la pared.
Y entonces el nos encontro allí con sus rayos anunciando el nuevo día y su luz disipando los recuerdos del ayer, acurrucandonos un poco más para recordar el ayer.

8 de diciembre de 2009

La mujer del piano


No me queda más que levar anclas, quemar las naves y adentrarme en el misterioso camino del azar. El golpeteo de las teclas, primero suave y luego cada vez más duro, va marcando los golpes de vino tinto que bebó a sorbos de esa copa malgastada. Su foto esta sobre la cubierta astillada y despintada del piano, vibrando con cada nota, estremeciendo mi corazón con las miradas furtivas que deja escapar desde esa esquina maltrecha, miradas que nunca volveran.
La melodía siempre es la misma, el vino es el mismo, el sabor a cansancio de mi boca siempre es el mismo, todo es igual, todo permanece como lo dejaste esa noche que decidiste abandonarme entre humo de cigarro y musica de sax. Yo soy la misma, no he cambiado. Mi rutina es la misma, cada viernes estoy aquí, en el mismo lugar, tocando la misma canción esperando a que vuelvas por esa puerta, a que tu recuerdo se evapore o que de una ves por todas me fulmine con la ultima nota de nuestra canción.
La gente siempre es la misma, aunque con algunos cambios, Joe el cantinero sigue aquí, regalandome ese trago de cortesía. Linda, tuvo a su hijo, que ahora es mesero honorario en este lugar y Luis, aquel con quien siempre reñias de política, murió hace unos días. Y tu lugar sigue ahí, nadie más lo ha ocupado, pareciera como si los clientes y el destino, estuvieran esperando nuestro reencuentro, esperando a que el viento lleve esta canción y te traiga de regreso.
Pero el viento nunca te trae de regreso, trae miradas curiosas, proposiciones indecorosas, ventiscas con aguanieve, pero nunca te trae a ti. No me queda más que levar anclas, quemar las naves y adentrarme en el misterioso camino del azar, dejaré que esta ultima canción abra mis alas entumecidas, porque esta noche ya no te esperaré más.
Imagen cortesía de Karen Alvarado

2 de diciembre de 2009

Ella le pertenece al futuro

Ella le pertenece al futuro
Ella le pertenece al futuro
al sol del alba de cada despertar
a la casa con jardín que contempla diario
a los besos pausados bajo su naranjo
Ella le pertence al futuro
a los ideales de su felicidad
a la esperanza de un porvenir
al portaretratos vacio del buro
Ella le pertenece al futuro
a los años ultimos de senilidad
a los sueños construidos en papel.
Ella le pertenece a él,
aunque todavia no lo sepa.