De bancas, pensamientos y algo más
A P.K.
Hoy te vi, estabas ahí sentada, casi estatica, rodeada de personas pero con un brillo especial, particular, ese brillo que solo unas personas poseen y que cautiva la mirada de los hombres cuando entras en algun lugar. Tu cabello caía caprichosamente sobre tu cara, desdibujando tus ojos, tu sonrisa, tus ojos, si ya lo dije, pero era imposible no verlos más de una vez; son como imanes que atraen el metal de mi mirada. Hablaba de tu cabello, si tu cabello caprichoso que enmarcaba tu rostro, sabes, la naturaleza es sabía, sabe resaltar la belleza, encuadrar lo que se debe ver, y vuelvo a tus ojos, grandes, expresivos, con brillo único, especial, como si ahí se escondieran mil estrellas a punto de estallar, estrellas, si estrellas, como la constelación que se dibuja sobre tu piel, una constelación, galaxia, andrómeda de pequeñas manchas oscuras que sobresalen en el cielo de tu espalda, hombros, de tu cara, no, de tu cara no, en tu cara sobresalen los ojos, que se atreven a opacar esa constelación con su resplandor, su destello de mil mundos. Ahí estabas, brillando y yo, era tu observador, tu admirador, tu cyrano a punto de hablar. ahí estaba yo, atras de un cristal que fungía como fiel escondite de mi mirada fugaz, de mi forma tan especial de espiarte, mientras platicas con alguien más. Ahí estaba yo pensando en ti, cuando te paraste y dejaste esa estela que pocos podemos admirar, ese halo de un antojo que solo mira aquel que ha aprendido a mirar.
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