Este es el lobo solitario

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26 de septiembre de 2009

Me gustas matemáticamente

Me gustas matemáticamente
A Calíope
Me gustas matemáticamente
me gusta el cuadrado de tus caderas,
la sumatoría de cada una de tus pecas,
el producto tierno de tu mirada,
la tangente de tus piernas.
Me gustas matemáticamente,
me gusta tu belleza elavada al infinito de las estrellas,
los ángulos perfectos de tu aura,
la resta de tristeza que haces a mi vida,
el coeficiente que surge de tu voz.
Me gustas matemáticamente
me gustan los limites perfectos de tu cuerpo,
la simetria intacta de tus ojos,
el area sensual de tu espalda,
la medida perfecta de tu boca.

24 de septiembre de 2009

Me gustaria tener

Me gustaría tenerte
A. P.K.

Me gustaría tenerte aquí a mi lado,
para hablarles de la ternura con que me acaricia tu mirada,
de la distancia exacta que hay entre cada una de tus pecas,
de tu cabello como laberinto de aromas peculiares,
de tu sonrisa como habil combatiente de mi soledad.
Me gustaría tenerte aquí a mi lado,
para hablarles de tus ojos que hacen temblar mi corazón,
de tus manos y como dibujan estrellas,
de tu voz como hada en mi cornisa que canta a mi despertar.
Me gustaría tenerte aquí a mi lado,
para hablarles de tus piernas que han marcado mis pisadas,
de tus caderas firmes y tus curvas donde he derrapado,
me gustaría tener aquí a mi lado,
para no tener que contarles nada.

23 de septiembre de 2009

Te veo

Te veo
A. P.K.
Te veo, te observo, te contemplo, te miro,
te acercas y mi piel se estremece,
te miro, te observo, te acercas, me miras,
mi corazón se acelera y tiembla, se tambalea.
Te veo y estas frente a mi, tus ojos me miran,
el mundo se congela un momento, un instante, un segundo,
y me pierdo en el aroma que el viento tiene cuando pasas,
en el bosque ambarino de tu mirada.
Te veo, te alejas y aun así te veo alejarte,
perdiendote en la multitud, brillando como estrella,
y me quedo con ese brillo de tus ojos,
con el viento que te ha traido hasta mi,
con el bosque donde el lobo puede correr libremente.

22 de septiembre de 2009

Es de noche y te vas

Es de noche y te vas

Es de noche y te vas
te escurres entre las rendijas de mi fé
entre la ventana semiabierta de mi corazón,
te deslizas suave sobre la cornisa de la luna menguante,
te escapas de mi carcel, rompiendo el candado de mi barba.
Es de noche y te vas,
dejando la melancolía enredada en mis sabanas,
la huella de tus besos por los espejos de mi habitación,
los ecos de las caricias que resuenan en mi corazón,
guardando los recuerdos en el mundo de los desmemoriados.
Es de noche y te vas,
te pierdes en la niebla de mis pensamientos,
en los sueños insurrectos que nunca soñé,
en las miles de bocas que he besado tras tu partida,
en el baul de recuerdos que anoche tire al mar.

4 de septiembre de 2009

De bancas, pensamientos y algo mas

De bancas, pensamientos y algo más
A P.K.
Hoy te vi, estabas ahí sentada, casi estatica, rodeada de personas pero con un brillo especial, particular, ese brillo que solo unas personas poseen y que cautiva la mirada de los hombres cuando entras en algun lugar. Tu cabello caía caprichosamente sobre tu cara, desdibujando tus ojos, tu sonrisa, tus ojos, si ya lo dije, pero era imposible no verlos más de una vez; son como imanes que atraen el metal de mi mirada. Hablaba de tu cabello, si tu cabello caprichoso que enmarcaba tu rostro, sabes, la naturaleza es sabía, sabe resaltar la belleza, encuadrar lo que se debe ver, y vuelvo a tus ojos, grandes, expresivos, con brillo único, especial, como si ahí se escondieran mil estrellas a punto de estallar, estrellas, si estrellas, como la constelación que se dibuja sobre tu piel, una constelación, galaxia, andrómeda de pequeñas manchas oscuras que sobresalen en el cielo de tu espalda, hombros, de tu cara, no, de tu cara no, en tu cara sobresalen los ojos, que se atreven a opacar esa constelación con su resplandor, su destello de mil mundos. Ahí estabas, brillando y yo, era tu observador, tu admirador, tu cyrano a punto de hablar. ahí estaba yo, atras de un cristal que fungía como fiel escondite de mi mirada fugaz, de mi forma tan especial de espiarte, mientras platicas con alguien más. Ahí estaba yo pensando en ti, cuando te paraste y dejaste esa estela que pocos podemos admirar, ese halo de un antojo que solo mira aquel que ha aprendido a mirar.